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Los 5 mejores animales de compañía en el crimen organizado

Las historias de la mafia están llenas de intriga, poder y, a menudo, de un lado oscuro que sorprende incluso a los más conocedores del crimen organizado. Sin embargo, hay un aspecto menos explorado de estos personajes notorios: su relación con los animales. Desde mascotas entrañables hasta exóticos compañeros, los animales han sido parte del entorno de los grandes mafiosos, reflejando a veces su humanidad oculta y otras, sus intenciones más oscuras.

En este artículo, exploraremos la conexión entre algunos de los mafiosos más famosos y sus inusuales mascotas. A través de estas historias, podemos obtener una visión fascinante de la vida personal de estos criminales, a menudo en contraste con sus reputaciones temibles.

Las familias del crimen: ¿siguen existiendo?

Las cinco familias más poderosas de la mafia en Estados Unidos son un tema recurrente en la cultura popular y en la historia del crimen organizado. Aunque han sufrido cambios significativos a lo largo de las décadas, sus legados aún resuenan en la actualidad. En la actualidad, las familias de la mafia que tradicionalmente han dominado la escena criminal en Nueva York son:

  • La familia Genovese
  • La familia Gambino
  • La familia Lucchese
  • La familia Colombo
  • La familia Bonanno

En los tiempos modernos, aunque la actividad mafiosa ha disminuido, estos grupos todavía operan en la clandestinidad y han adaptado sus métodos a la tecnología y el entorno actual. Las fuerzas del orden han hecho grandes esfuerzos por desmantelar estas organizaciones, pero su influencia persiste en el tráfico de drogas, extorsión y otros delitos.

Los perros de los mafiosos: ¿qué tipo de mascotas tenían?

La relación de los mafiosos con sus mascotas a menudo refleja su personalidad y su vida en el crimen. A continuación, algunos ejemplos de los animales que acompañaron a estas figuras temidas:

  • Los perros pequeños, como el pinscher miniatura de Lucky Luciano, que se convirtió en su compañero más cercano.
  • Los animales exóticos, como el hipopótamo de Pablo Escobar, que simbolizaba su riqueza y poder.
  • Las leonas y otros felinos, que algunos mafiosos usaban como herramienta de intimidación.

Las cinco mascotas más notables del crimen organizado

A continuación, exploraremos algunas de las mascotas más emblemáticas de los mafiosos, destacando sus historias y el contexto que las rodea.

5. Bambi, el pinscher miniatura de Lucky Luciano

Charles “Lucky” Luciano es considerado el padre de la mafia moderna en Estados Unidos. Tras su deportación a Italia, Luciano se estableció en Nápoles. Allí, compartió su vida con su pareja, Igea Lissoni, y sus adorados perros, incluidos dos pinschers miniatura y un terrier Lakeland.

Luciano, quien a menudo era visto como un hombre duro, reveló un lado más tierno al interactuar con su mascota, Bambi. Su relación con ella muestra un contraste interesante entre su imagen pública y su vida personal. En una entrevista, Luciano fue sorprendido hablando con Bambi en un tono infantil, lo que demuestra que, a pesar de su vida criminal, había espacio para la ternura en su vida.

4. Cleo, el león de “Crazy Joe” Gallo

“Crazy Joe” Gallo era conocido por su enfoque violento en los negocios, pero también tenía un sentido del espectáculo. Para asustar a sus deudores, Gallo mantenía un león bebé llamado Cleo en el sótano de su club social. Aunque el león era inofensivo en ese momento, la mera idea de tener un animal tan formidable funcionaba como una herramienta de intimidación eficaz.

Cleo no era solo un animal de compañía; representaba el poder y la locura que caracterizaban a Gallo. Este uso del león muestra cómo algunos mafiosos no solo buscaban compañía en sus mascotas, sino que también las utilizaban para mantener su imagen de temidos y respetados.

3. Bruzzer, el shih tzu de Meyer Lansky

Meyer Lansky, uno de los capos más astutos del crimen organizado, encontró en su shih tzu llamado Bruzzer un compañero leal. Inicialmente, Lansky no era amante de los animales, pero tras la muerte de un perro que pertenecía a su esposa, adoptó a Bruzzer, quien se convirtió en su confidente y compañero diario.

Las caminatas con Bruzzer se convirtieron en una rutina diaria, incluso en medio de su vida llena de estrés y vigilancia. La conexión que desarrolló con Bruzzer fue profunda, evidenciando la necesidad de afecto y lealtad, incluso en un hombre involucrado en el crimen.

2. Vanessa, la hipopótamo de Pablo Escobar

Pablo Escobar, el infame narcotraficante colombiano, no solo estaba obsesionado con el poder y la riqueza, sino que también mostró un particular gusto por los animales exóticos. En su lujosa hacienda, tuvo un zoológico privado que incluía hipopótamos, y de todos ellos, Vanessa es la más recordada.

Después de su muerte, los hipopótamos fueron dejados a su suerte, y hoy en día, han formado una población significativa en Colombia. La historia de Vanessa es un recordatorio de cómo los actos de una sola persona pueden tener repercusiones duraderas en el medio ambiente y la fauna local.

1. Highball, el pastor alemán de John May

El 14 de febrero de 1929, el infame «Masacre del Día de San Valentín» dejó a siete hombres muertos, pero también a un perro llamado Highball, que fue testigo de la carnicería. Highball pertenecía a John May, un mecánico que trabajaba con la mafia. Su presencia en la escena del crimen es un recordatorio conmovedor de la vida que existía más allá de la violencia.

A pesar de su destino incierto, Highball se ha convertido en un símbolo de la inocencia perdida en medio de la brutalidad del crimen organizado. Su historia resalta no solo la brutalidad del momento, sino también el vínculo entre humanos y animales, incluso en las circunstancias más trágicas.

Las historias de las mascotas de estos mafiosos son fascinantes y reveladoras. A través de ellas, podemos ver un lado humano en individuos que a menudo son considerados monstruos. Los animales, en su inocencia, reflejan el amor y la vulnerabilidad que a veces se oculta detrás de las fachadas más duras. Así, estos vínculos, aunque a menudo oscuros, nos ofrecen una visión única del alma de aquellos que habitaron los rincones más sombríos del crimen organizado.