La historia de Genie, una niña que estuvo recluida en un sótano durante más de una década, es una de las más trágicas y escalofriantes de la historia de Estados Unidos. Su vida estuvo marcada por el abuso extremo y la falta de atención, lo que la llevó a convertirse en un caso emblemático para el estudio de la conducta humana y el desarrollo infantil. Este artículo explora en profundidad su historia, las circunstancias de su aislamiento y las repercusiones de su sufrimiento.
Susan Wiley, conocida como Genie, fue descubierta por los Servicios de Niñez de Los Ángeles el 4 de noviembre de 1970. Tenía trece años, pero su apariencia y habilidades eran las de una niña de seis años. No podía caminar, alimentarse por sí misma ni usar el baño. Su peso era inferior a 27 kilogramos, y su forma de caminar era anormal, resultado de años de confinamiento.
El entorno familiar de Genie
Genie nació en 1957, cinco años después de su hermano mayor. Desde su nacimiento, su padre, Clark Wiley, comenzó a aislar a la familia del resto del mundo. La madre de Genie, Irene, había sufrido un accidente en su infancia que casi le costó la vista, lo que posiblemente contribuyó a su carácter pasivo y a su incapacidad para proteger a sus hijos.
Desde que Genie tenía aproximadamente 20 meses, su vida se tornó un verdadero infierno. Su padre comenzó a encerrarla en una habitación y a restringir sus movimientos, limitando su interacción con el mundo exterior. Este aislamiento extremo afectó gravemente su desarrollo físico y emocional, privándola de estímulos básicos y del contacto humano necesario para su crecimiento.
El régimen alimenticio y el abuso físico
El padre de Genie la mantenía en una habitación alejada del resto de la familia y le proporcionaba una dieta extremadamente restringida. Su alimentación consistía principalmente en alimentos líquidos y purés, que le eran administrados de manera cruel y rápida, lo cual exacerbó su malnutrición. Su madre, cuando podía intervenir, lo hacía de manera limitada, ya que su esposo le prohibía alimentarla a horas normales.
- La dieta de Genie incluía alimentos como puré de frutas y cereales.
- Su padre le daba de comer solo a horas inusuales, a menudo a la medianoche.
- Si Genie mostraba signos de no poder tragar, se le restregaba la comida en la cara.
El abuso físico fue igualmente severo. Clark, que detestaba el ruido, castigaba a su esposa e hijos por cualquier sonido. Si Genie hacía ruido, la golpeaba con un gran tablón de madera. Esta violencia la llevó a desarrollar un profundo miedo a los animales, ya que su padre la intimidaba con aullidos y gruñidos.
La tragedia de los hermanos de Genie
La historia familiar de Genie está llena de tragedias. Sus padres, Clark e Irene, habían tenido varios hijos. Dos de ellos murieron poco después de nacer. El primero, Dorothy Irene, nació en 1948, y su vida fue marcada por el descuido. Clark, incapaz de lidiar con el llanto de su hija, la dejaba en el garaje, donde contrajo neumonía y murió. El segundo hijo, Robert Clark, falleció dos días después de nacer, probablemente debido a negligencia. Otro hermano, John, fue enviado a vivir con su abuela, pero tras su muerte, regresó con sus padres, donde también sufrió el mismo tipo de abuso que Genie.
Descubrimiento y rescate de Genie
Fue solo cuando Genie tenía más de 13 años que su sufrimiento fue descubierto. Su madre, tras una discusión con Clark, decidió que era el momento de buscar ayuda. En noviembre de 1970, Irene llevó a Genie a una oficina de servicios sociales, donde un trabajador se sorprendió al ver a una niña que parecía mucho más joven de lo que era. Después de una evaluación inicial, la policía fue alertada y Genie fue rescatada.
Al ser llevada al hospital, se reveló la magnitud de su maltrato. Genie estaba en un estado deplorable: su piel estaba sucia, tenía una dieta extremadamente pobre y nunca había aprendido a usar un baño. Su desarrollo físico y cognitivo se había visto gravemente afectado, lo que hizo que fuera un desafío evaluar su inteligencia y habilidades.
La vida de Genie tras su rescate
Una vez bajo la atención de los médicos, Genie comenzó a recibir tratamiento en el Hospital de Niños de Los Ángeles. Su estado físico requería atención inmediata. Los médicos, al evaluar sus habilidades motoras y su capacidad para comunicarse, encontraron que había sido severamente desnutrida y que su desarrollo motor era limitado. A pesar de las circunstancias, Genie mostró una sorprendente capacidad para aprender y adaptarse.
Con el apoyo de su médico, el Dr. James Kent, Genie comenzó a desarrollar habilidades básicas como vestirse y usar el baño. Kent utilizó un enfoque lúdico para fomentar su aprendizaje, empleando títeres que captaron su atención y la hicieron responder. Sin embargo, su historia personal seguía siendo un tema de investigación académica, lo que eventualmente complicó su proceso de recuperación.
Investigación y controversia
El caso de Genie se convirtió en un foco de atención para investigadores y psicólogos, que se interesaron en estudiar su condición. Sin embargo, la constante evaluación y pruebas generaron preocupaciones sobre si realmente estaban ayudando a Genie o si, en lugar de eso, la estaban sometiendo a más daño. Las investigaciones no lograron arrojar conclusiones definitivas sobre su estado, lo que llevó a una reducción de financiamiento y a su traslado a diferentes hogares de acogida.
- La falta de un entorno estable afectó su desarrollo del lenguaje.
- Genie fue colocada en varias casas de acogida, lo que complicó su recuperación.
- El interés académico en su caso suscitó debates éticos sobre el tratamiento de niños en situaciones similares.
El legado de Genie
Genie nunca logró aprender a comunicarse de manera efectiva. A pesar de haber mostrado progreso en su aprendizaje inicial, la falta de continuidad y el trauma de su infancia la llevaron a un estado de reclusión y aislamiento emocional. Clark, su padre, fue acusado de abuso y negligencia, pero se suicidó antes del juicio. Irene, aunque también abusada, fue liberada de los cargos, y eventualmente recuperó brevemente la custodia de Genie.
El estado de Genie después del rescate fue un desafío constante. A lo largo de los años, encontró dificultad para establecer relaciones y mantener contacto humano. A medida que pasaron los años, su vida se volvió cada vez más privada, y su desarrollo se estancó debido a la falta de apoyo adecuado.
El estado actual de Genie
En la actualidad, Genie vive en un hogar de acogida en California. Su vida es prácticamente un misterio, ya que se ha mantenido alejada de la atención pública y los medios. Después de un incidente que la llevó a rehuir el contacto humano, su bienestar ha sido monitoreado de cerca, y se le ha prohibido la comunicación con el exterior.
Genie es un poderoso recordatorio de los efectos devastadores que el abuso y la negligencia pueden tener en el desarrollo humano. Su historia ha impulsado debates sobre la ética en la investigación y la necesidad de proteger a los niños vulnerables.

























