La historia de Susan Kuhnhausen es un testimonio impactante de supervivencia, fuerza y resiliencia frente a la adversidad. Enfrentar un ataque mortal a manos de un asesino a sueldo contratado por su propio esposo es algo que pocos podrían imaginar. Sin embargo, Susan no solo salió victoriosa, sino que transformó su experiencia en una plataforma para ayudar a otros. Su relato es una inspiración que invita a reflexionar sobre el poder humano para superar situaciones extremas.
En 2006, Susan había decidido poner fin a un matrimonio de 17 años marcado por el abuso emocional. Tras años de sufrimiento, finalmente encontró el valor para expulsar a su esposo, Michael Kuhnhausen, de su hogar y solicitar el divorcio. Sin embargo, lo que comenzó como un nuevo capítulo en su vida se tornó en una lucha por la supervivencia que cambiaría su vida para siempre.
El ataque inesperado: un giro dramático
La tarde del 6 de septiembre de 2006, Susan, una enfermera de sala de emergencias con 30 años de experiencia, regresaba a casa después de un largo día de trabajo. Antes de llegar a su hogar, decidió hacerse un cambio de look en la peluquería, un acto que representaba no solo un nuevo comienzo, sino también una forma de lidiar con su difícil divorcio.
Al llegar a casa, se encontró con una atmósfera extrañamente oscura. Aunque había dejado las cortinas abiertas por la mañana, su instinto le decía que algo no estaba bien. La realidad se hizo evidente cuando se topó con un hombre desconocido dentro de su hogar. Este intruso, Edward Dalton Haffey, estaba armado con un martillo de garra y estaba allí con un propósito letal: acabar con su vida.
En cuestión de segundos, Susan se vio forzada a activar todos sus instintos de supervivencia. Haffey, contratado por su esposo para matarla, no esperaba que una enfermera con su formación fuera capaz de defenderse. Lo que siguió fue un enfrentamiento brutal que desafiaría todas las expectativas.
La lucha por la supervivencia
Tan pronto como Haffey se lanzó hacia ella, Susan utilizó sus habilidades de defensa personal adquiridas a lo largo de su carrera. A pesar de que recibió golpes en la cabeza y la cara, no se dejó vencer. En lugar de rendirse, aprovechó cada oportunidad para luchar de vuelta. Utilizando su peso y fuerza, mordió a Haffey y logró derribarlo, convirtiendo la situación en una pelea de vida o muerte.
El enfrentamiento duró aproximadamente 15 minutos y estuvo lleno de momentos desgarradores. Haffey logró golpear a Susan, causando que su labio se partiera, pero su determinación fue más fuerte que el dolor. Con cada ataque, Susan se reponía y contraatacaba, luchando por su vida con una ferocidad inesperada.
- Empleó técnicas de defensa personal aprendidas en el trabajo.
- Usó su entorno para obtener ventaja.
- Se negó a dejarse someter a pesar de las lesiones.
Finalmente, en un giro impactante, Susan logró estrangular a Haffey, poniendo fin a su ataque. Después de asegurarse de que ya no representaba una amenaza, corrió a la casa de un vecino y relató la aterradora experiencia, lo que llevó a una rápida llamada al 911.
Las repercusiones del ataque
Cuando la policía llegó, encontraron el cuerpo de Haffey y comenzaron una investigación que revelaría la naturaleza premeditada del ataque. Inicialmente, se pensó que había sido un robo que salió mal. Sin embargo, las pruebas pronto indicaron que Haffey había sido contratado específicamente para matar a Susan, como lo evidenciaba una nota en su mochila que indicaba contacto con Michael Kuhnhausen.
A medida que se desarrollaba la investigación, se hizo evidente que Michael había intentado contratar a otros tres individuos antes de recurrir a Haffey. Esto subrayó un patrón de comportamiento violento y manipulador, característico de su relación con Susan. Tras el ataque fallido, Michael Kuhnhausen intentó suicidarse, pero fue arrestado y enfrentó cargos de conspiración para cometer asesinato.
Un nuevo comienzo como defensora de las víctimas
Tras el ataque, Susan enfrentó una nueva realidad. Aunque fue aclamada como heroína por haber sobrevivido y haber tomado medidas drásticas para defenderse, ella misma luchó con la idea de haberse convertido en asesina. En una reflexión sobre su experiencia, su jefe le ofreció una nueva perspectiva: “No eres una heroína porque mataste a un hombre, sino porque tu historia da esperanza a quienes podrían estar en situaciones similares”.
Con el tiempo, Susan adoptó el apellido Walters y se dedicó a la defensa de las víctimas de crimen. Reconociendo la importancia de brindar apoyo a quienes han enfrentado situaciones como la suya, comenzó a trabajar en el desarrollo de un portal web destinado a ayudar a las víctimas a encontrar recursos y apoyo. Su objetivo es crear un espacio seguro donde las personas puedan compartir sus historias y recibir la ayuda necesaria.
El juicio y la resolución
Durante el juicio de Michael Kuhnhausen, Susan tuvo la oportunidad de confrontarlo. Su declaración fue poderosa: “Estabas dispuesto a que compartiéramos nuestra pequeña vida miserable hasta que la muerte nos separara, cuanto antes mejor… estoy dañada por lo que me hiciste. Estoy dañada. Pero no estoy destruida.”
Michael se declaró culpable de conspiración para cometer asesinato y fue condenado a diez años de prisión. Además, Susan presentó una demanda de un millón de dólares contra él, buscando asegurarse de que nunca tuviera los medios para intentar otro ataque.
Trágicamente, Michael Kuhnhausen falleció de cáncer en prisión, seis meses antes de su fecha de liberación. Al reflexionar sobre su muerte, Susan afirmó: “No elegí su muerte, elegí mi vida.” Su historia no solo es un relato de supervivencia, sino también un testimonio de la fuerza del espíritu humano y la capacidad de recuperar el control tras una experiencia traumática.
El impacto de la historia de Susan Kuhnhausen
La transformación de Susan de sobreviviente a defensora de las víctimas es un ejemplo inspirador de cómo las experiencias dolorosas pueden convertirse en un motor de cambio. Su trabajo no solo proporciona apoyo a otros, sino que también crea conciencia sobre la violencia doméstica y la necesidad de recursos adecuados para las víctimas.
A través de su portal web y su activismo, Susan continúa demostrando que, incluso en los momentos más oscuros, hay luz y esperanza. Su historia es una llamada a la acción para todos aquellos que han sido víctimas de la violencia, recordándoles que no están solos y que hay formas de reconstruir sus vidas.
En última instancia, el viaje de Susan es una poderosa lección sobre la resiliencia, la capacidad de superar el trauma y el potencial de convertir el dolor en propósito. Su vida es un testimonio de que, incluso en medio de la adversidad, la fuerza humana puede brillar intensamente.

























