El caso de Arne Johnson es uno de los más controversiales y fascinantes en la historia del sistema judicial estadounidense. Fue el primer juicio en el que se alegó la posesión demoníaca como defensa, un concepto que desafió las nociones tradicionales de culpabilidad y responsabilidad. Este evento no solo impactó a la comunidad legal, sino que también inspiró una película, “The Conjuring: The Devil Made Me Do It”, que ha revitalizado el interés por lo paranormal y la historia de los Warren.
Pero, ¿qué llevó a Arne a cometer un crimen tan atroz y cómo se desarrolló este emblemático juicio? La historia detrás de este caso es intrincada, llena de creencias, testimonios y eventos que siguen generando debate hasta hoy.
El juicio de Arne Johnson
El juicio de Arne Johnson comenzó el 28 de octubre de 1981, y rápidamente se volvió un fenómeno mediático debido a la naturaleza extraordinaria de su defensa. Arne fue acusado de asesinar a su arrendador, Alan Bono, un hecho que conmocionó a la pequeña localidad de Brookfield, Connecticut, marcando un precedente en la historia judicial. En lugar de presentar una defensa tradicional, el abogado de Arne, Martin Minella, argumentó que su cliente había sido poseído por un demonio.
La defensa fue rechazada de inmediato por el juez, quien consideró que no había evidencia científica para respaldar la afirmación de posesión. A pesar del testimonio de los Warren, que habían estado involucrados en el caso desde el principio, el tribunal no aceptó la idea de que el demonio pudiera ser una justificación válida para el homicidio.
El juicio fue un espectáculo mediático y, a lo largo de tres días de deliberaciones, el jurado finalmente encontró a Arne culpable de homicidio involuntario en primer grado, condenándolo a una pena de 10 a 20 años de prisión, aunque solo cumplió cinco años. Este desenlace generó un fuerte debate sobre la fe, la ciencia y la ley, dejando una marca indeleble en la conciencia popular.
La historia real de David Glatzel
Uno de los aspectos más intrigantes del caso es la historia de David Glatzel, el hermano menor de la prometida de Arne, Debbie. Según la familia Glatzel, David había estado sufriendo síntomas que sugerían una posesión demoníaca. Desde el año 1980, el niño reportaba encuentros aterradores con una figura demoníaca que lo atormentaba, lo que llevó a los Warren a involucrarse en el caso.
Los relatos de la familia describen a David como un niño que sufría episodios de violencia extrema, gritos y comportamientos erráticos. Sin embargo, los psiquiatras que evaluaron a David ofrecieron un diagnóstico radicalmente diferente, sugiriendo que sus problemas eran el resultado de un trastorno del aprendizaje, no de una posesión. Esta discrepancia resalta la complejidad del caso y cómo las creencias culturales pueden influir en la interpretación de eventos traumáticos.
¿Realmente estaba Arne Johnson poseído?
La pregunta de si Arne estaba realmente poseído por un demonio sigue siendo objeto de intenso debate. Durante el juicio, su defensa se basó en la premisa de que el demonio que había atormentado a David Glatzel había «saltado» a Arne durante una serie de exorcismos realizados por los Warren.
Los testigos, incluidos los Warren, afirmaron haber presenciado fenómenos paranormales durante estos exorcismos, como ruidos inexplicables y movimientos de objetos. Sin embargo, muchos escépticos argumentan que tales fenómenos pueden ser explicados por factores psicológicos o físicos en lugar de una intervención sobrenatural. Esta disparidad entre la fe y la razón plantea preguntas cruciales sobre la naturaleza de la realidad y la percepción humana.
La película: «The Devil Made Me Do It»
La historia de Arne Johnson fue llevada a la pantalla grande en la película “The Conjuring: The Devil Made Me Do It”. Estrenada en 2021, la película dramatiza los eventos del juicio y la vida de Arne, centrándose en la intervención de los Warren en el caso. Aunque la película se basa en hechos reales, algunos críticos argumentan que puede haber tomado libertades creativas que alteran la percepción del público sobre lo que realmente ocurrió.
La película ha despertado un renovado interés en el caso y ha llevado a un aumento en las discusiones sobre la posesión demoníaca y lo paranormal. Sin embargo, es importante recordar que, a pesar de su atractivo, la película es una interpretación artística de los eventos, y no un relato documental.
¿Dónde está Arne Johnson ahora?
Después de cumplir su condena, Arne fue liberado en 1986. Se casó con Debbie Glatzel mientras aún estaba en prisión, y el matrimonio ha sido un testimonio de su apoyo mutuo a través de la adversidad. Según informes, Arne y Debbie han mantenido una vida relativamente tranquila desde entonces, alejados del ojo público.
En cuanto a su estado actual, hay poca información precisa disponible en los medios, lo que ha llevado a la especulación sobre su vida personal. Algunos informes indican que Arne y Debbie están juntos, aunque han preferido mantener un perfil bajo, lejos de la atención mediática que una vez rodeó su caso.
La controversia de «The Devil in Connecticut»
Un libro titulado «The Devil in Connecticut», escrito por Gerald Brittle y basado en la historia de Arne y David Glatzel, fue publicado poco después del juicio. Este libro fue objeto de controversia, ya que el hermano de David, Carl Glatzel, demandó a Brittle y Lorraine Warren, alegando que el libro infringía su derecho a la privacidad y era una explotación de la tragedia familiar.
La disputa legal destaca las tensiones entre la búsqueda de la verdad, la representación de experiencias traumáticas y el potencial beneficio económico que puede derivarse de tales relatos. La narrativa del caso se ha convertido en un punto de discordia entre quienes creen en lo sobrenatural y quienes buscan explicaciones racionales a los fenómenos que rodearon el incidente.
Impacto cultural y legado
El caso de Arne Johnson ha dejado una huella significativa en la cultura popular, especialmente en el género de terror y en la narrativa sobre lo paranormal. La idea de que un individuo pueda ser despojado de su libre albedrío por una fuerza externa ha resonado en muchos, dando lugar a debates sobre la moralidad, la responsabilidad personal y el papel de la fe en la vida cotidiana.
Además, la historia ha influido en la forma en que se perciben los casos de posesión y exorcismo en la sociedad moderna, alimentando tanto el escepticismo como el fervor religioso. La atención mediática y el éxito de las películas relacionadas han contribuido a la mitología que rodea a la figura de los Warren, quienes continúan siendo figuras polarizadoras en el ámbito de lo paranormal.
Con el paso del tiempo, el caso de Arne Johnson seguirá siendo un tema de interés, tanto para los aficionados al horror como para quienes estudian el comportamiento humano y las creencias culturales. La intersección de la fe, la ley y la psicología en este caso extraordinario continúa desafiando nuestras percepciones y preguntas sobre la naturaleza del mal y la responsabilidad humana.

























