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Juicio por evasión fiscal de Capone: Jurado declara culpable a mafioso de Chicago

El juicio de Al Capone por evasión de impuestos se convirtió en uno de los casos más emblemáticos de la historia criminal estadounidense. Este juicio no solo expuso la vida extravagante de Capone, sino que también reveló las luchas del gobierno para llevarlo ante la justicia. En este artículo, exploraremos los pormenores del juicio, su contexto y el impacto que tuvo en la percepción pública del crimen organizado en América.

Los lujos de Al Capone: un estilo de vida ostentoso

El 10 de octubre de 1931, el tribunal fue testigo de un despliegue de gastos extravagantes por parte de Al Capone. La fiscalía presentó pruebas de que Capone gastaba entre $200 y $250 a la semana solo en carne en Miami. Además, sus gastos eran igualmente impresionantes en otras áreas:

  • $3,160 en una fiesta del Día de Colón en 1926.
  • $21,550 en muebles y $6,180 en trajes en 1925.
  • $40,000 para adquirir una propiedad en Palm Island, Florida, que estaba a nombre de su esposa, Mae.
  • Mejoras a su residencia que incluían una piscina de $4,000.

La fiscalía también destacó sus generosas donaciones, incluyendo $15,600 a su iglesia en 1926 y $58,000 a un fondo para policías. Este derroche de dinero contrastaba drásticamente con la imagen que la mayoría de los jurados, de orígenes humildes, tenían de la vida.

Incidentes en la sala del tribunal: seguridad y tensión

Durante el juicio, la tensión aumentó cuando Phil D’Andrea, el temido guardaespaldas de Capone, fue detenido tras ser encontrado con un arma. Este incidente puso de manifiesto la atmósfera cargada que rodeaba el juicio, donde la violencia y la intimidación eran instrumentos de Capone. D’Andrea fue encarcelado sin fianza, lo que generó aún más intriga sobre la influencia de Capone en el crimen organizado.

La estrategia del juicio

El testimonio del ex-cajero de Capone, Fred Ries, fue crucial para la fiscalía. Ries reveló cómo Capone manejaba su dinero mediante la creación de un nombre falso, “J.C. Dunbar”, para poder ocultar sus actividades financieras. Su testimonio implicaba que Capone estaba profundamente involucrado en el funcionamiento de sus negocios ilegales, aunque la defensa intentó desacreditarlo.

La estrategia de defensa fue criticada desde el principio. Los abogados de Capone intentaron argumentar que sus pérdidas en apuestas podían justificar su falta de pago de impuestos. Sin embargo, este enfoque no resonó bien, ya que las deducciones fiscales solo se aplican a las ganancias.

Testigos y revelaciones sorprendentes

A lo largo del juicio, varios testigos pintaron un cuadro de un Capone que disfrutaba de un estilo de vida lujoso. Desde trajes finos hasta cenas opulentas, los testimonios reflejaron una vida dedicada al excesivo gasto:

  • Compró 30 hebillas de cinturón de oro con diamantes para regalar a amigos.
  • Gastó más de $3,700 en trajes y abrigos en un solo año.

Los detalles de su vida personal contrastaban notablemente con las experiencias de los miembros del jurado, lo que dificultó la comprensión de su estilo de vida extravagante.

El veredicto: un desenlace inesperado

El 17 de octubre, después de un largo proceso de deliberaciones, el jurado emitió un veredicto mixto. Capone fue hallado culpable de tres cargos de delitos graves por evasión de impuestos, pero no culpable de la mayoría de las acusaciones. Este resultado dejó una sensación de ambigüedad, ya que aunque se le condenó por algunos delitos, el número de cargos absolutos fue significativo.

El veredicto final incluyó:

  • Guilty en un cargo de evasión de impuestos en 1925.
  • No culpable en 17 de los 23 cargos presentados.
  • Culpable de dos faltas menores de no presentar declaraciones de impuestos.

La sentencia y sus consecuencias

El 24 de octubre de 1931, el juez dictó la sentencia, imponiendo a Capone la pena máxima de cinco años en prisión federal y una multa de $10,000 por cada uno de los delitos graves. Sin embargo, la sentencia fue estructurada de tal manera que, aunque Capone debería cumplir un total de diez años, la sentencia se solaparía para que tuviera que cumplir solo cinco años en prisión federal.

Capone se mostró resignado ante su destino, comentando a sus abogados: “Creo que todo ha terminado”. Este juicio no solo marcó un giro en la vida de Capone, sino que también simbolizó un hito en la lucha del gobierno federal contra el crimen organizado.

El encarcelamiento de Capone y su legado

Una vez en prisión, Capone continuó comunicándose con su organización a través de mensajes y llamadas. Esta capacidad de manejar sus negocios desde la cárcel destacó la influencia que aún ejercía en el crimen organizado. A pesar de sus intentos de apelar, Capone finalmente fue trasladado a la notoria prisión de Alcatraz en 1934, donde su condición de salud se deterioró debido a la sífilis no tratada.

El final de una era

Capone fue liberado en 1939, tras cumplir ocho años en prisión, y se retiró a su hogar en Florida. Sin embargo, la vida que había llevado y las consecuencias de sus acciones lo dejaron marcado. Falleció el 25 de enero de 1947, solo días después de cumplir 48 años, dejando atrás un legado de crimen y notoriedad que sigue fascinando al público hasta nuestros días.

El juicio de Al Capone es un recordatorio de las luchas del gobierno para controlar el crimen organizado y la complejidad del sistema legal. A medida que la historia del crimen en América continúa evolucionando, la figura de Al Capone permanece como un ícono de la cultura pop, simbolizando tanto la opulencia como la decadencia de una era.