La Mafia ha sido objeto de fascinación en la cultura popular, con numerosas representaciones en películas y novelas. Sin embargo, pocas veces se ha tenido acceso a relatos de primera mano que desglosen su funcionamiento interno. Una de las excepciones más notables es la autobiografía de Joseph Valachi, un miembro del crimen organizado en Estados Unidos durante tres décadas. Su obra, The Real Thing, no solo ofrece un vistazo a su vida, sino que también revela secretos oscuros de la Mafia que han permanecido ocultos durante años.
Valachi escribió a mano su manuscrito mientras cumplía condena en prisión. Este trabajo se convirtió en la base de su testimonio televisado en 1963, donde expuso las entrañas de la Mafia estadounidense. En 1980, el periodista Peter Maas donó dicho manuscrito a la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy, lo que permitió que su contenido se preservara para futuras generaciones.
Maas había entrevistado a Valachi y utilizó su autobiografía como material de referencia para escribir The Valachi Papers, un bestseller publicado en 1968. Esta obra, a su vez, fue adaptada al cine en 1972, con Charles Bronson interpretando a Valachi. A pesar de que por mucho tiempo el manuscrito original estuvo disponible únicamente en la biblioteca de JFK en Boston, hoy se puede acceder gratuitamente a través del sitio de historia de la Mafia, gracias al historiador Thomas Hunt.
Los inicios de Joseph Valachi en el crimen
Joseph Valachi nació en 1904 y, al principio de su carrera criminal, se dedicó al robo y a ser conductor de fugas en Nueva York, formando parte de una pandilla conocida como los Minutemen. Este nombre hacía referencia a la rapidez con la que llevaban a cabo sus delitos, logrando escapar antes de ser atrapados.
Con el tiempo, Valachi ascendió en el mundo criminal. Se convirtió en un dealer de heroína y un asesino a sueldo, participando en al menos 20 asesinatos. Era un soldado dentro de la familia criminal Genovese, una de las cinco grandes clanes de la Mafia neoyorquina.
Durante su trayectoria, logró sobrevivir a la sangrienta guerra de Castellammarese, una lucha por el dominio de la Mafia en Nueva York que tuvo lugar entre 1930 y 1931. Sin embargo, sus días de libertad terminaron cuando fue encarcelado en la Penitenciaría Federal de Atlanta, cumpliendo una condena de 20 años por narcóticos.
En prisión, Valachi se convirtió en objeto de sospechas por parte del jefe mafioso Vito Genovese, quien pensaba que Valachi podría ser un informante. Genovese le aplicó lo que se conoce como el “beso de la muerte”, señalándolo para ser asesinado. Convencido de que su fin estaba cerca, Valachi decidió actuar primero y, al confundir a un compañero de celda con su potencial asesino, lo golpeó hasta matarlo, lo que le trajo aún más problemas legales.
El testimonio que cambió el rumbo de la Mafia
Agobiado por las circunstancias, Valachi decidió colaborar con las autoridades y testificar sobre la Mafia. En 1963, su declaración ante el Senado, liderado por el demócrata John McClellan, capturó la atención del público y se convirtió en un evento mediático sin precedentes.
Valachi rompió el código de silencio de la Mafia, conocido como omertà, convirtiéndose en el primer miembro confirmado de la organización en hacerlo públicamente. En su testimonio, reveló que el término “Mafia” no era utilizado dentro de la organización; en su lugar, se referían a sí mismos como “Cosa Nostra”, que significa “nuestra cosa” en inglés.
El exreportero del New York Times, Selwyn Raab, en su libro Five Families, subrayó la importancia de las revelaciones de Valachi, afirmando que por primera vez se pintaba un cuadro claro de la vida dentro de la Mafia. Valachi no solo confirmaba la existencia de las cinco familias mafiosas, sino que también describía su estructura organizativa, el ritual de inducción secreta y el funcionamiento del voto de silencio.
Perspectivas únicas sobre la Mafia
El manuscrito de Valachi no solo es significativo por su contenido, sino también porque ofrece una perspectiva que contrasta con otros relatos de la época. Según Thomas Hunt, quien administra el sitio mafiahistory.us, Valachi no pretendía glorificar su vida, y su enfoque era mucho más realista que el de otros mafiosos como Joseph Bonanno o Nick Gentile, que escribieron sobre la Mafia desde una perspectiva de nobleza o heroísmo.
Valachi describió su vida personal y los entresijos de actividades delictivas como el arreglo de carreras, extorsión, máquinas tragamonedas y juegos de azar. Este nivel de detalle es invaluable para los investigadores y aficionados a la historia del crimen.
Uno de los aspectos más fascinantes de su autobiografía es su relato sobre la guerra de Castellammarese, donde detalla los asesinatos de figuras prominentes de la Mafia. Su experiencia como asistente del jefe mafioso Salvatore Maranzano le permitió ofrecer una visión íntima de las tensiones y rivalidades de esa época sin el matiz de admiración que a menudo se encuentra en otros relatos.
Años finales y legado de Joseph Valachi
El testimonio de Valachi tuvo repercusiones significativas en la lucha contra el crimen organizado. Su afirmación de que “solo salía a matar por ellos” despertó un clamor nacional y llevó a la implementación de nuevas leyes, como la que permitía las escuchas telefónicas y el establecimiento del programa federal de protección de testigos.
Asimismo, su testimonio contribuyó a la creación de la Ley RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), que permitió a las autoridades procesar a líderes de organizaciones criminales por delitos en los que no necesariamente participaron directamente.
Valachi pasó sus últimos años en la Penitenciaría Federal de La Tuna, en Texas. Allí, disfrutó de un trato preferencial gracias a su cooperación con las autoridades, lo que le permitió vivir en condiciones más cómodas que otros prisioneros. Según Raab, se le proporcionó un apartamento de dos habitaciones equipado con aire acondicionado, muebles y una cocina pequeña.
A pesar de sus privilegios, Valachi llevó una vida solitaria en prisión y, en un momento de desesperación, intentó suicidarse. Su vida llegó a su fin en 1971, cuando falleció de causas naturales a la edad de 68 años. Fue enterrado cerca de Lewiston, Nueva York, no muy lejos de las Cataratas del Niágara y la frontera canadiense.