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Documentos del FBI vinculan a Whitey Bulger con arreglo de carreras

La reciente publicación de documentos del FBI relacionados con el fallecido gánster James “Whitey” Bulger no solo arroja luz sobre un caso de arreglo de carreras de caballos y sobornos que se remonta a hace 40 años, sino que también revive la vergonzosa historia de cómo el exagente del FBI en Boston, John Connolly, protegió a Bulger y a su cómplice, Steve Flemmi, de la justicia durante años.

El FBI ha puesto a disposición en su sitio web de registros públicos, The Vault, un total de 300 páginas de informes de inteligencia que datan de mediados a finales de la década de los 70. Estos documentos abordan inicialmente cómo Bulger y la banda de Winter Hill extorsionaban pagos por “jugos” para préstamos ilegales, y luego se centran en los esquemas del crimen organizado para arreglar carreras en hipódromos de la Costa Este.

Los inicios de un esquema criminal

Los documentos, que han sido ampliamente redactados, mencionan a Bulger y al líder de la banda, Howard Winter, como sospechosos involucrados en la extorsión de pagos por préstamos en Boston entre finales de 1974 y principios de 1975. Los agentes del FBI documentaron cómo algunas víctimas aceptaron grabar conversaciones y permitir la intervención de sus teléfonos para captar amenazas de violencia por parte de varios miembros de la banda si no cumplían con sus deudas.

Sin embargo, el enfoque de los informes de inteligencia cambia drásticamente al abordar un caso notorio que resultó en acusaciones en 1979 contra Winter y 20 otros individuos, incluidos la mayoría de sus cómplices, aunque Bulger y Flemmi no fueron incluidos. Estas acusaciones estaban relacionadas con el crimen organizado, el soborno deportivo y la conspiración para arreglar carreras de caballos de pura sangre.

La conexión con “Black Mass”

Los informes del FBI han revitalizado la relevancia de las revelaciones sobre Bulger, Flemmi y Connolly que se encuentran en el libro de 2000 Black Mass: The True Story of an Unholy Alliance Between the FBI and the Irish Mob, escrito por Dick Lehr y Gerald O’Neill. En este libro se detalla cómo, en 1978, Anthony “Fat Tony” Ciulla, un convicto involucrado en el arreglo de carreras, accedió a servir como testigo de la fiscalía para evitar una larga condena.

Ciulla testificó en tribunal que sus “socios” en el esquema eran Winter, el asesino a sueldo John Martorano, Bulger y Flemmi. Sin embargo, Connolly se mostró decidido a evitar que Bulger y Flemmi fueran acusados en el caso de arreglo de carreras. Durante finales de los 70 y hasta los 80, Connolly actuó como el “manejo” de Bulger, manteniéndolo como informante confidencial del FBI sobre el crimen organizado. Esta relación le permitió a Connolly acumular méritos al llevar a cabo condenas de algunos líderes de la Mafia en Boston.

La corrupción del sistema

La cooperación escandalosa entre Connolly y Bulger culminó en 1982, cuando Connolly filtró información a Bulger y Flemmi sobre la intención de John Callahan de delatarlos por el asesinato de Roger Wheeler, un prominente empresario de Jai Alai en Oklahoma. La consiguiente acción llevó a Bulger, Flemmi y Martorano a asesinar a Callahan, un acto que ejemplificó la corrupción y la complicidad del sistema judicial.

  • Bulger y Flemmi fueron acusados de 18 asesinatos, 11 de los cuales ocurrieron mientras Connolly los protegía como informantes.
  • Después de enterarse en 1994 de que sería acusado de cargos de extorsión, Bulger huyó de Boston y permaneció en la clandestinidad hasta su arresto en Santa Mónica, California, en 2011.
  • En 2013, fue condenado a dos cadenas perpetuas por delitos de extorsión y por participar en 11 asesinatos.
  • Connolly recibió una condena de 10 años en 2002 por proteger a Bulger y Flemmi, y posteriormente fue sentenciado a 40 años por asesinato en 2009.

Connolly, que ahora tiene 80 años y padece cáncer terminal, fue liberado por razones médicas en febrero. Mientras tanto, Flemmi fue protegido por el agente del FBI H. Paul Rico, quien supuestamente ayudó a organizar el homicidio de Wheeler junto con Bulger, Flemmi y Martorano. Flemmi se declaró culpable de 10 asesinatos y fue condenado a cadena perpetua en 2004. Rico, que fue acusado de asesinato en el caso de Wheeler en 2003, murió poco después de su extradición a Oklahoma en enero de 2004.

El caso del arreglo de carreras

Los nuevos archivos sobre Bulger indican que el FBI tenía información desde mediados de los años 70 sobre su posible implicación en la conspiración de arreglo de carreras, pero logró evadir la acusación. Según Lehr y O’Neill, esto fue resultado de la intervención de Connolly.

El fiscal federal en el caso del arreglo de carreras, Jeremiah T. O’Sullivan, había incluido a Bulger y Flemmi en la lista de acusados en enero de 1979. Ciulla ya había declarado que Bulger y Flemmi estaban entre seis asociados de Winter que compartían las ganancias del arreglo de carreras. Sin embargo, Connolly y su colega del FBI, John Morris, convencieron a O’Sullivan de que necesitaban liberar a Bulger y Flemmi con la esperanza de obtener información incriminatoria sobre un pez gordo: Gennaro Angiulo, el subjefe de la familia criminal Patriarca de Nueva Inglaterra. O’Sullivan aceptó dejarles fuera de la acusación formal, convirtiéndolos en co-conspiradores no acusados.

Las tácticas de arreglo y el impacto en las carreras

El esquema de arreglo de carreras, que se desarrolló entre diciembre de 1974 y noviembre de 1975, consistía en manipular carreras en hipódromos legales mediante sobornos a jockeys, entrenadores, propietarios y oficiales de carrera para alterar los resultados. Los jockeys recibían sobornos que oscilaban entre $400 y $500 para frenar a sus caballos y permitir que otros ganaran.

Un ejemplo notable de este esquema fue la compra de un caballo llamado “Spread the Word”, que fue manipulado para parecer un mal corredor. Los conspiradores realizaron apuestas pesadas en este caballo, que, tras recibir una manipulación que alteró sus probabilidades, logró ganar en el jardín de estado de Nueva Jersey el 8 de febrero de 1975. Los conspiradores se repartieron $80,000 ganados en esa carrera, parte de un total estimado de $1.3 millones en ganancias a lo largo del esquema.

La red de complicidad en Las Vegas

Los documentos del FBI sobre la investigación de RICO y el soborno deportivo, que se llevaron a cabo de 1976 a 1978, se centran en Winter, Bulger y un residente de Las Vegas, Robert Martin, quien era un apostador no autorizado. Winter y sus cómplices contactaron a Martin y otros en Las Vegas para mover el dinero apostado en carreras arregladas, engañando tanto a los apostadores ilegales como a los hipódromos legales.

Entre los nombres mencionados, se encuentra Frank Rosenthal, un conocido apostador de Las Vegas que había sido condenado anteriormente por intentar sobornar a jugadores de baloncesto universitario. Se ha sugerido que los conspiradores debieron haber obtenido la autorización de Anthony Salerno, subalterno de la familia criminal Genovese en Nueva York, para realizar sus apuestas ilegales a través de las casas de apuestas de Las Vegas.

Las consecuencias legales y la condena

El esquema de arreglo de carreras fue complejo y extremadamente lucrativo, pero también trajo consigo consecuencias legales. En total, se arreglaron 20 carreras en seis hipódromos de la Costa Este, incluyendo Suffolk Downs, Pocono Downs y el Atlantic City Race Track. En 1979, un tribunal federal condenó a Winter a 10 años de prisión federal, mientras que otros cuatro acusados recibieron sentencias más cortas.

Este caso no solo puso de manifiesto la corrupción dentro del mundo de las apuestas y el crimen organizado, sino que también evidenció la colusión entre las autoridades y los criminales, generando un legado de desconfianza en las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. La historia de Bulger, Connolly y la mafia de Boston es un recordatorio escalofriante de cómo la ambición y el poder pueden corromper incluso a quienes deberían proteger la justicia.