El mundo del crimen organizado siempre ha estado rodeado de un halo de misterio y fascinación. Uno de los personajes más emblemáticos de este oscuro universo fue Frank Costello, conocido como el “Primer Ministro del Inframundo”. Su historia no solo es un relato de delitos y evasiones, sino también de poder, astucia y un desafío audaz al sistema. En este artículo, exploraremos la vida de Costello y los eventos que lo llevaron a enfrentar al Kefauver Committee en la década de 1950.
Contexto histórico: el auge del crimen organizado en Estados Unidos
Durante las décadas de 1920 y 1930, Estados Unidos experimentó un auge significativo en el crimen organizado. La Prohibición, que prohibía la venta de alcohol, se convirtió en un terreno fértil para los gánsteres que buscaban aprovechar la demanda del mercado negro. Los líderes mafiosos, como Costello, comenzaron a establecer redes criminales que se extendían por todo el país.
En este contexto, Costello emergió como una figura clave, no solo en Nueva York, sino en la escena nacional. Con su carisma y habilidades para los negocios, logró construir un imperio que le permitió influir en la política y la economía de la época.
El Kefauver Committee: un intento de desenmascarar el crimen organizado
En la década de 1950, el gobierno estadounidense, preocupado por el poder creciente del crimen organizado, formó el Kefauver Committee, liderado por el senador Estes Kefauver. Este comité tenía como objetivo investigar las actividades del crimen organizado y exponer sus conexiones con la política y la economía.
Las audiencias del comité fueron transmitidas por televisión, lo que permitió a millones de estadounidenses ver en vivo las comparecencias de figuras del crimen, creando un espectáculo que atraía la atención del público. Frank Costello fue llamado a testificar, lo que marcaría un punto de inflexión en su carrera criminal.
El desafío audaz de Costello ante el comités
El 15 de marzo de 1951, Costello se presentó ante el Kefauver Committee. Su actitud desafiante fue evidente desde el principio. Cuando se le preguntó sobre su patrimonio y sus conexiones, Costello optó por una estrategia evasiva, lo que enfureció a los senadores presentes. La situación se tornó tensa cuando, al sentir que las preguntas se volvían demasiado comprometedoras, Costello interrumpió la sesión.
- “¿Estoy arrestado?” preguntó Costello.
- “No”, respondió Rudolph Halley, el abogado del comité.
- “Entonces me voy”, replicó Costello, levantándose de su asiento.
Este acto de desafío no solo sorprendió a los senadores, sino que también alimentó el morbo de los medios de comunicación, que estaban ansiosos por cubrir cualquier escándalo relacionado con el crimen organizado.
Las consecuencias de su desobediencia
Tras su salida del comité, Costello enfrentó serias repercusiones. El Kefauver Committee decidió presentar múltiples cargos de desacato ante la corte. En enero de 1952, Costello fue llevado a juicio, donde, a pesar de que un jurado no pudo llegar a un veredicto en la primera instancia, una segunda corte lo condenó por 10 cargos de desacato.
Finalmente, fue sentenciado a 18 meses de prisión y multado con $5,000, una cantidad que posteriormente se redujo a $2,000. Este veredicto marcó el comienzo de un periodo complicado en su vida, ya que Costello había conseguido evadir la prisión durante años.
El encarcelamiento y el estado de ánimo de Costello
Costello se entregó a las autoridades el 15 de agosto de 1952, y su declaración a los periodistas fue una mezcla de resignación y desafío: “Díganles a los chicos que he venido a hacer mi parte. No quiero favores de nadie. Quiero ser tratado como todos los demás”.
Fue trasladado a varias prisiones antes de llegar a la institución federal en Milan, Michigan, donde cumpliría el resto de su sentencia. A pesar de ser clasificado como delincuente de bajo riesgo y recluido en un centro de mínima seguridad, la experiencia del encarcelamiento afectó su reputación y su imagen de poder.
La liberación y los desafíos posteriores
El 29 de octubre de 1953, Costello fue liberado después de cumplir aproximadamente 14 meses de su condena. Al salir de prisión, fue recibido por su esposa, con quien intentó evadir a los reporteros que lo seguían. Optaron por un tren que los llevaría de regreso a Nueva York, pero en lugar de llegar a la estación Grand Central, decidieron bajarse en un lugar menos predecible, lo que demuestra la astucia que siempre le había caracterizado.
Sin embargo, su liberación no significó el fin de sus problemas legales. El gobierno había comenzado a cuestionar su ciudadanía estadounidense y se preparaba para llevar a cabo un nuevo caso por evasión de impuestos. Estos nuevos desafíos reflejan cómo, a pesar de su habilidad para eludir la ley, siempre estaba a un paso de enfrentar serias consecuencias.
El legado de Frank Costello
La vida de Frank Costello no solo es un relato de criminalidad y desafíos legales, sino también un capítulo importante en la historia del crimen organizado en Estados Unidos. Su habilidad para navegar por el mundo del crimen y la política, combinada con su carisma, lo convirtieron en una figura legendaria.
A medida que el crimen organizado entraba en una nueva era, Costello se convirtió en un símbolo de una época que, aunque llena de oscuridad, también estaba marcada por personajes apasionantes y complejos que dejaron una huella indeleble en la historia de América.
Christian Cipollini es el autor de Murder Inc.: Mysteries of the Mob’s Most Deadly Hit Squad y LUCKY, una novela gráfica sobre gánsteres.